–Ella y el
perro blanco–
Tú,perro blanco–
una mujer mirando el árbol hendido
por la mano del hombre,
lamentando como todo lo erigido,
lo fue para derrumbarse.
Como condenando en la mirada
a los indis viejos
que parecen corrompidos por el tiempo,
como zombis que perdieron
cuanto fueron,,, o lo entregaron al fuego.
¿¡Así seremos nosotros,
fantasmas de nuestros proverbios,
contrarios de nuestros principios,
vergüenzas de nuestras vergüenzas
y agonía misma por lo convertido!?
Tú, una mujer mirando un árbol,
una sombra de lo que fuiste,
y tu compañero, un can lanudo,
blanco,
tan solo sombra del lobo duro.
A la sombra de la tarde os veo
castigo de lo absurdo,
soledad que esta por venir, entre lo kitsch,
el retrato de una era, el destino de un pecado:
Así sea tu octuagésimo cumpleaños.
[···pues vuelve al camino de la verdad···]
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